Francisco Alejandro López Pachuca

¿Han escuchado la frase ‘el arte de vender’, o así también que ‘las ventas son magia’? Yo creo que muchos de nosotros sí. Y, al igual que yo, te estarás preguntando: ¿por qué hay tantas cosas que engloban a las ventas? Bienvenido a mi artículo. Acompáñame a sumergirnos en el universo de las ventas y cómo influyen no solo en nuestro trabajo, sino también en lo que escuchamos. Las ventas son el intercambio de bienes, ideas o servicios a cambio de un valor material acordado entre las partes. Y que, mediante el valor subjetivo de un objeto o la dictaminación del entorno, se realiza una acción que satisface ambas partes del trato. Suena sencillo: tengo un objeto que te interesa, a mí me interesa lo que tú me puedas ofrecer, realizamos la transacción. Y todos contentos.

¿Te imaginas que fuera así de fácil? Tendríamos mucho alcance y todo Ruba tendría un gran incentivo monetario que nos provocaría felicidad. El caso es que no es así. A lo largo de toda mi estadía en Ruba, he aprendido que existen factores los cuales provocan la caída de la venta, tales como: el precio, el gusto, el entorno, el ambiente, la opinión popular, el trato del personal, aspectos familiares, coyunturas personales del cliente, la época del año, la ubicación, los metros cuadrados, etc.

La pregunta es: ¿cómo podemos combatir y atacar estos muchos y tan diversos factores que afectan la venta?

• Como al inicio del artículo se mencionó, las ventas son un arte, así como la música. Hay una variedad enorme de cantantes en el mundo (desarrolladores en nuestro mercado); y nuestro fan u oyente, (cliente) es el que debe calificar y decidir si continúa escuchando nuestra canción (vivienda)… o con un simple clic nos abandona. Imagínate que el cliente llega al punto de venta, como el oyente visitó la playlist de nuestro nuevo álbum. Al momento de llegar, nos recibe el vendedor con comida en la mano, ¡mala imagen!, y además una cara de cansancio y estrés. Así como el oyente se encuentra con títulos de nuestras canciones que no transmiten, y además nuestras canciones tienen títulos inapropiados que caen en la irresponsabilidad de la expresión artística, probablemente el cliente decida retirarse, o de entrada ya tenga en una mala opinión en el servicio brindado. Y lo mismo como el oyente decida simplemente no escuchar alguna canción. • Es muy importante el aspecto que brindamos en la primera impresión, cuando al cliente lo recibimos con un caluroso “¡Buenos días!”, presentables, y con una imagen apropiada, le brindaremos más confianza y seriedad a nuestro proceso. Así como el oyente se queda cuando observa una playlist con títulos empáticos que despiertan la curiosidad y la excitación musical. • La letra de una canción es muy importante, ya que es la conexión que se tiene con el oyente, para poder transmitirle un sentimiento personal, donde el oyente se sienta identificado; al igual que cuando al cliente le damos una explicación detallada de la vivienda, así como por qué debería comprar con Ruba, los beneficios que se le brindan, el contenido y sus características, familiarizándolo con la empresa. Es algo que los cantantes conocen como “decir lo que quieres escuchar”. • ¿Te imaginas una canción que dure 47 minutos con 35 segundos? ¿La escucharías? A menos que sea un artista que reviva como Freddy Mercury o Michael Jackson... De otra forma, lo dudo. Eso mismo pasa con la duración de la cita del cliente. Lo ideal es hacer la cita lo más dinámica posible. Recuerda que el protagonista de la cita es el cliente, y tenerlo sentado solo platicando acerca de la vivienda o de la empresa, puede que lo abrume. Es importante que lo invites a platicar acerca de él. Así tendrás toda la información para cerrar la venta. Igual, que lo invites a pasar a conocer la vivienda, y además tengas la atención adecuada para resolver todas las dudas que surjan. No hay una duración precisa ni cronometrada con el cliente: es simplemente tener en cuenta que la cita tiene que ser dinámica, y no en un solo lugar. • El ritmo lo quiero comparar con el servicio, porque cuando escuchamos un ritmo que nos enamora, y que nos hace levantarnos de la silla y cantar a todo pulmón, es ahí donde compartimos la canción. Y eso es lo que busca un artista: llegar a miles de oídos más. Misma fórmula: si en Ruba me dieron una gran primera cita, me atendieron de la mejor manera y además me ofrecieron algunos servicios como, agua, dulces, café, los servicios necesarios como el baño y además me dieron el espacio adecuado para ver la vivienda; el día que un conocido, amigo, primo o pareja, me pidan una referencia, voy a pedir que acudan a Ruba porque me atendieron de manera excelente. Y eso también es el objetivo de Ruba: tener presencia en la mayoría de nuestros clientes potenciales.

Así que cuando escuches la frase “las ventas son un arte” recuerda este artículo y responde con una sonrisa afirmando que sí: las ventas son un arte.