Norma Rendón

Por más que seamos cuidadosos en el aspecto y en la funcionalidad de nuestra casa, el paso de los años, las condiciones climáticas y el uso diario de quienes la habitan van causando un natural y progresivo deterioro.

La pintura exterior e interior tiende a descascararse, así como los acabados de estuco a desprenderse, y en algún momento el resumidero del patio o del lavabo se han obstruido. Y no se diga que alguna vez que ha llovido mucho un techo de una habitación se ha manchado por una filtración. Es así que el mantenimiento (preventivo y correctivo) a nuestra vivienda debe hacerse de manera periódica, con lo que evitamos que se vaya deteriorando hasta hacerse problema serio.

Aquí te menciono los consejos más básicos, que por sencillos a veces se nos pasan por alto:

• Mandar impermeabilizar nuestra azotea, al menos cada dos años, para evitar que se filtre el agua en nuestra vivienda. Este es una de las principales acciones de mantenimiento preventivo.

• Pintar las áreas externas (cocheras y muros de afuera)

• Tener todas nuestras conexiones en buen estado

• Revisar ocasionalmente todas nuestras instalaciones de agua, luz y gas para evitar fugas

• Limpiar seguido patio, habitaciones y baños

• Fumigar al menos una vez al año, con producto adecuado que no sea tóxico para personas, mascotas y plantas, a fin de evitar plagas dentro y en las cercanías de la casa.